sábado, 14 de marzo de 2009
¿TE DOMINA EL MIEDO?
Hola: ¿Cómo has estado? Gracias por la paciencia. Espero que en estos días hayas aprendido algo positivo. Te cuento que hace unas horas recibí el correo de mi amiga Julia, y me hace una pregunta interesante: ¿Por qué soy una persona tan miedosa? Esto me ha dado muchos problemas en la vida. Creo que tengo miedo al fracaso. Este miedo encierra todos los aspectos de mi vida. Tengo miedo de no ser buena hija, buena profesional, buena esposa. Tengo miedo a no tener dinero, a que me engañen, a la enfermedad, a la soledad, a la vejez, a la muerte y un largo etcétera. ¿Qué interesante pregunta? ¿Verdad? Yo creo que somos todos, un poco como Julia. ES IMPOSIBLE NO SENTIR MIEDO A ALGO. ¿Se pueden superar? Seguro. Los miedos tienen, dos fuentes: Los reales y los imaginarios. Déjame contarte esta historia: Cuando era niño, vivía en un barrio terroso, alejado de la ciudad. No había televisión, como la conocemos hoy. Solíamos reunirnos un grupo de niños en las noches a contar relatos, la mayoría ficticios y la mayoría de fantasmas, brujas y aparecidos. Llegué a creer con fervor en estos relatos. En las noches, soñaba y pensaba en esas brujas, dráculas, aparecidos, etc. Mi miedo fue creciendo hasta el punto en que la llegada de la noche me infundía el más profundo de los terrores. Siempre le pedía a mi padre que me acompañara. Al final acabó diciendo que yo era un “mariconcito” Mi madre más sensible, analizó mi problema desde su perspectiva espiritual, y me trajo la figura de un angelito, que tenía en la mano una especie de espada. Me dijo: El te cuidará y ningún demonio perturbará tu sueño. No tengo idea de si el angelito, realmente tenía el poder para espantar demonios. Lo importante fue que yo creí firmemente en mi madre y en la protección del angelito. Desde esa noche los fantasmas nunca más se atrevieron a cruzar el umbral de mi habitación. Los demonios están llenos de miedos, como un alacrán está lleno de veneno. El miedo es la ponzoña de Satanás. Los fantasmas de tu niñez se han convertido en esos miedos que Julia me nombraba y generalmente, te aterrorizan tanto que pierdes el control de tu propia vida. Entonces ¿cómo puedes dominar, tus demonios? Yo lo hice. En los evangelios vas a encontrar una lectura hermosa. Jesús se encuentra con un endemoniado, y los demonios al verlo le suplican que los deje ir, salen del cuerpo del hombre y se van a un hato de cerdos, que luego caen a un precipicio. Parece un relato simple, pero en la lectura notarás que el demonio le tiene terror a Dios. Cuando la persona está plenamente acoplada al espíritu de Dios, es imposible sentir miedo. En el huerto de Getsemaní, la víspera de la aprehensión de Jesús, el oraba intensamente y le dice al Padre: “Si quieres pasa de mi esta copa, pero que no se haga tu voluntad, sino la tuya” ¿Sintió Jesús miedo? Claro que no. El estaba mucho más allá del dolor y de la muerte física. ¿A qué tendría que tener miedo? Las maldiciones que les sobrevienen a las personas, no vienen solas. El miedo viene a consecuencias de los pecados. Yo aprendí, que si tengo la conciencia en paz y hago las cosas sin dañar a los demás y a mi propia vida…las maldiciones no vendrán a mí, ni los demonios pasarán de mi umbral. Que tengas un hermoso día. Un abrazo Herland
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